J.J. Abrahams saltó a la fama con la serie de televisión Lost, aunque no era nuevo en el medio, pues ya había estado involucrado en grandes proyectos como ser guionista de la película Armagedón; sin embargo me atrevo a afirmar que la serie Lost fue la que lo catapultó a hacer cosas sensacionales como el homenaje a las películas ochenteras en Súper 8, realizar la nueva y exitosa entrega de la película Star Trek, hacer la controvertida Cloverfield y estar en varios y atractivos proyectos de acción y ciencia ficción.
Pero en los últimos meses este director y productor neoyorkino repentinamente esta en el spot del cine gracias a dos atractivos proyectos: La nueva película de viaje a las estrellas, titulado Star Trek Into darkness y el segundo proyecto se refiere a la séptima película de la Guerra de las Galaxias, ahora bajo el cobijo de Disney, pero que amenaza incluir al elenco original y dejar atrás a un odioso Jar Jar Binks...suena atractivo para quienes somos fan de esta saga.
Star Trek y Star Wars bajo la misma batuta, la de J.J. Abrahams. Definitivamente el director debe estar muy emocionado, aunque...un momento...¿qué no había una fuerte rivalidad entre los trekkies y los fan de Star Wars?, de hecho hasta hay una película titulada Fanboys en la que parodian dicha situación.
Hay quienes dicen que este quizá sea el principio del cese de las rivalidades, aunque creo que quien lo dice solo busca el justificar la presencia del director en el film o bien no es fanático ni de una ni de otra película.
Star Trek cuenta con una larga trayectoria en las pantallas, primero en la televisión con una serie que duró varias temporadas y que fue reavivada en una nueva versión algunas décadas después. Aunándose a ello varias películas tanto con los actores originales, como nuevas versiones, incluyendo la del propio J.J. Abrahams. Los seguidores fanáticos se han denominado Trekkies.
En la otra mano esta una saga de 3 películas originales (Star Wars IV - VI) dirigidas por George Lucas y que afectó a una generación muy diferente de los trekkies, sea por efectos especiales, por mercadotecnia o simplemente por estar en un hueco que en ese momento no estaba cubierta por el capitán Kirk y el señor Spock.
Para fortuna o infortuna (eso ya será tema de otra nota) se hicieron otras 3 películas de la saga de Star Wars que en teoría completaban el concepto original de Lucas y con ello se tuvo toda una historia y suficiente para generar a toda una nueva oleada de fanáticos, que aplaudían a los genios del mal como Darth Vader o el emperador y adoraban a los ewoks o a R2D2.
Y es un hecho que ninguno de los dos bandos aceptaba las virtudes o defectos del otro. Era tan valioso el Señor Spock como el Yoda o el capitán Kirk como Han Solo y el Halcón Milenario rivalizaba con el Enterprise...y en ambos había seres malevolos. De ahí que hubiera defensores en ambos bandos. Claro...también había los closeteros que defendían una de las dos producciones, pero por debajo del agua veían la otra.
Lo interesante es que ambos fanáticos aceptaron la existencia del otro y ambos se nutrían del otro. Hay foros de discusión extensos, en los grandes eventos tipo Comic-Con se discuten largamente las rivalidades y todos son felices.
Hoy con el anuncio de J.J. Abraham teniendo a su cargo estas dos películas rivales, siento que es como ver a un espía. ¿Qué nos garantiza que no se vayan a infiltrar elementos de una en otra película? es como ver a un ejecutivo trabajando para Coca-Cola y Pepsi. Es simplemente fuera de sentido, por mucho que haya complejos equipos de producción tarde o temprano puede permearse algo de información, elementos o sutilezas que sean representativas de la otra película...o quisiera pensar ¿que la tendencia es que haya un momento en el que se haga un crossover?
Por lo pronto no me parece que haya esta dualidad, creo que no es sana para ninguno de los dos proyectos. Me olvido por un instante de los fanatismos acérrimos y simplemente soy objetivo.
No podemos hacer nada más que esperar los resultados y cruzar los dedos por que ambas producciones cumplan las altas expectativas de ambos bandos de fanáticos.
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