martes, 18 de junio de 2013

EL HOMBRE DE ACERO...DE CERO AGRADO


Sé que muchos estarán en contra de mi opinión, pero definitivamente El Hombre de Acero no cumplió mis expectativas. Esperaba encontrarme una versión renovada, fresca, interiorista, agresiva, fuerte, detallada del héroe más grande del universo: Superman, pero a cambio vi una película que me pareció un capítulo más de Transformers (ojo: tampoco quedó nada lejos Avengers) y si me permiten platicaré un poco el porqué de mi decepción de esta película, que nuevamente cae dentro de la famosa Maldición de Superman.

Vayamos por pasos. Superman tuvo su serie de TV en los 50's, que junto con el comic fue el modelo a seguir para este superhéroe, pero sobretodo fue la imagen que muchos nos formamos acerca de dicho personaje; es decir, el hombre del traje azul, con capa roja que ayudaba a la ancianita a recuperar a su gato o detener a los villanos que querían apoderarse del mundo, todo ello bajo la encubierta identidad del tímido reportero del diario El Planeta, Clark Kent, quien era acompañado de una tenaz reportera: Lois Lane y el joven fotógrafo Jimmy Olsen. En realidad no nos interesaba la historia de sus papás allá en Kryptón (aunque si era clave que nunca se acercara a la Kryptonita), ni rollos de la rebelión de su pueblo. Nos preocupábamos de que no apareciera el malévolo Lex Luthor quien seguramente, cual Coyote del Correcaminos, una y otra vez intentaría apoderarse del mundo con un plan mejor que el anterior.

En los 70's Christopher Reeve protagonizó, la que tal vez sea a mi gusto, la versión más completa o interesante de este Súper héroe. Adoleció de muchas cosas, pero también legó muchas cosas para el acervo de Superman. La fanfarria triunfal dirigida por John Williams y que ha sido representativa del héroe más allá de las fronteras de la cinematografía; la historia de su llegada al mundo, la adopción  y la manera en que descubre sus súper poderes. Posteriormente aparecerían tres malas secuelas que dañaron seriamente al personaje y la historia, dejando un largo hueco por llenar. Cuando en el 2006 aparece Superman Returns, la esperanza renació por ver una nueva narración de la historia de Kal-El, pues apenas un año antes Christopher Nolan había presentado Batman Begins, con una manufactura impecable, un profundo estudio del origen de ese otro súper héroe y sin dejar nada a la saga.

Desafortunadamente Superman Returns no se acercó ni remotamente a la obra de Christopher Nolan o a la de Richard Donner - Superman The Movie- 30 años antes. Se convirtió en un gran capítulo de Superman, que eso si, mantuvo a Lex Luthor interpretado espectacularmente por Kevin Spacey, lo cual agradecemos enormemente. Un muy buen rescate fue el realizado por la serie de televisión Smallville, que retrató fielmente los años de infancia y juventud de Superman aún en Villachica (como le ponían en las caricaturas a la tierra nativa de la familia Kent) y de cómo se separaron los dos amigos: Clark y Lex; los romances con Lois Lane y Lana Lang y la formación  del que sería el súper héroe.



Con Man of Steel veo un esplendoroso derroche de efectos especiales que impactan sin duda, pero la película toma el camino de explorar el pasado de Kal-El, es decir, le dedica una buena parte a la historia de sus padres reales, Lara y Jor-El, que me hizo recordar más filmes del tipo Dunes u Odisea 2001. La ausencia de Lex Luthor es terrible, pues Superman tiene que enfrentar a un villano que se ganó de a gratis, al  que por cierto, después de destruir media Metrópolis, con torcerle el cuello acaba con él. No, nosotros queremos ver villanos humanos que con su gran genio o bien por radiaciones o algún otro problema, se vuelven malévolos y quieren conquistar y adueñarse de las riquezas del planeta, los vemos trabajando en sus escondrijos, o mansiones; los vemos preparando grandes maquinarias de destrucción o elaborados planes con los que controlarán al mundo. Así es y ha sido con todos los villanos, sea un Dos Caras, un Guasón, un Goblin verde o Magneto. Nada de extraterrestres con naves súper poderosas. 

Por otro lado, ¿de dónde sale esta Lois Lane (Amy Adams -Encantada) que si bien era una reportera intrépida y sagaz, también en este film me resultó que es científica, militante y que en un tris resuelve que con la nave de Kal-el puede destruir todo el ataque de las naves del General Zod? de ser reportera es algo superior a Lara Croft.

Muchas omisiones, muchos vacíos, como Jimmy Olsen, el fotógrafo de El Planeta, periódico, dicho de paso, al que le dan poco presencia como tal...es decir, si sabemos que todo está girando alrededor de dicho periódico pero conceptos como Metrópolis, The Planet y Kryptonita, ni pueden obviarse, ni pueden minimizarse, es tanto como decir que a Batman le pongamos un traje amarillo...no. Cuando se trata de héroes tenemos que llegar con toda la parafernalia.

Un par de bromas que aparecen por ahí disfrazadas es cuando Superman aparece peleando con Zod y éste arroja al héroe en una construcción en donde hay un letrero que dice 0 accidentes y ahí aterriza el maltrecho Superman. Otra broma que hacen es el que aparece por vez primera un Perry White (editor del Planeta), ahora interpretado por un Laurence Fishburne, que es de color.

A mi buen amigo Toño el de los naipes, a quien agradezco enormemente su fomento a mi fanatismo hacia el cine, le comentaba en alguna ocasión que el cine debe ser claro, sencillo, entretenido y de primer impacto y es por ello que a final de cuentas quiero pensar que todo está planeado para integrarse en una segunda parte; que dejan adrede esos huecos para que se aterricen en una secuela, que una vez cerrada toda la parte preambular podrán enfocarse más en la historia vigente del superhéroe favorito de América. No me encanta la idea de esa justificación, así que por lo pronto seguiré con mi fanatismo hacia los oscuros y torcidos caminos del Batman.





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