viernes, 11 de enero de 2013
TODO HABÍA COMENZADO PARA LOS DUENDES
Los duendes habían logrado llegar al final de la primera semana de actividades, actividades que dicho sea de paso incluían dormir sus correspondientes 10 horas, tomar largos desayunos que incluían leches malteadas de cereza, conchas rellenas de nata, tamales de cochinita pibil y quesadillas de requesón. Acto seguido se ponían sus ropas y hacían algo de yoga, mientras que las brujas trataban de poner orden y con sus varitas mágicas ordenaban a las dos mucamas que tendieran las camas, preparan la comida y limpiaran todo. El troll y el golem se llevaban por las mañanas al ping[ino y al leming a la escuela...la veían desde afuera por unos 15 minutos y regresaban al lado de los elfos quienes les enseñaban las cosas verdaderamente esenciales de la vida como el saber hacer bombas con los chicles, escuchar buena música, pescar y dar largas caminatas. Algunos de los duendes se iban al call center para ver si se ofrecía algo, pero como aún no había mucho que hacer pasaban la mañana jugando con el Atari que habían adquirido la navidad pasada. otros duendes entrevistaban al hombre de los mil sombreros para ver qué les podía ofrecer y algunas brujas salían en sus escobas a la parada del metro para ir a un sitio aún incierto. El zombi tenía la orden de seguirlas a distancia discreta para ver qué hacían y sobretodo si tenían algún problema poder ayudarlas...desafortunadamente el zombi normalmente perdía su abono del metro y tenía que tomar el pesero, que resultaba impráctico ya que normalmente terminaba comiéndose al chofer a las dos cuadras y tenía que regresar a casa
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