martes, 1 de enero de 2013
1 DE ENERO Y EL DESPERTAR DE LOS DUENDES
En el fondo se escuchó una tos, una lata rodó por el piso de madera. Algunas brujas acomodaban su cabello o las negras crinolinas; otras más guardaban en sus enormes bolsos algunas botellas de licor de albaricoque o de frambuesa silvestre vacías para poder revenderlas. En la cocina el zombi mantenía la puerta del refri abierta mientras sacaba algunas coles para colocarlas en su emparedado de queso panela; un poco más allá el troll y el golem seguían jugando ajedrez, aunque ninguno de los dos entendía las reglas y lo jugaban más al estilo de las damas chinas. El pingüino y el lemming habían sido mandados a bañarse ya que aún tenían pedazos de pastel embarrados o dip de berenjena que había salido volando de la mesa cuando comenzó la conga. Los elfos trataban de despegar la alas de las hadas que habían sido pegadas con pritt como resultado de verdad o castigo. Un elfo trataba de encontrar la caja del cd de los villancicos navideños, aunque nunca lo encontraría, pues el zombi se lo había comido la noche anterior. Los tres goblins que llegaron en el taxi buscaban sus carteras para tomar uno de regreso a casa, pero se tuvieron que conformar con que una de las brujas les prestara su abono para el metrobús...en la recámara principal se escuchaba un amorfo y penetrante concierto de ronquidos, suspiros y algún extraño sonido acompañado de aroma...una garganta se aclaró y todos los demás en la cas contuvieron el aliento...sabían que los duendes comenzaban a despertar.
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